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La culpa no la tiene el chancho

30/04


Todo lo que es falso, se desvanece y todo lo verdadero permanece para siempre. No alimentemos lo malo siendo consumidores de lo que sabemos es malo.

 

Un dicho muy conocido reza asi: “la culpa no la tiene el chancho sino quien le da de comer” este es un proverbio popular que quiere decir que muchas veces nosotros mismos alimentamos lo errado. Cuántas veces hemos criticado a ciertos personajes, pero a la vez le seguimos por las redes, les escuchamos o asistimos a sus actividades o eventos. Cuantas veces hemos acusado a ciertos predicadores de ser mercaderes de la fe, o falsos profetas, pero a la vez “consumimos” sus sermones otorgándole popularidad o crédito. Es igual con el chisme o la murmuración, ¿Por qué prospera y se multiplica? Por la simple razón de que los chismosos, encuentran siempre quien les oye y como si fuera poco, divulgan sus dichos. Si nadie les pusiera oído, los chismosos no tendrían donde ejercer su don. ¿Por qué prospera lo falso? Por la simple razón que hay quienes consumen esto. Son los que comúnmente se conoce como coprofilia, o amor por la caca. Si yo entiendo que lo que hace o dice alguien, no me sirve, es de origen dudoso,  no lo escucho, no lo leo y no lo sigo, porque no me importa su popularidad. Todas estas cosas no son nuevas, relata el libro de los Hechos 5: 36 y 37 lo siguiente: “ Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de 400 hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. Después de este, se levantó Judas el Galileo, en los días del censo, y llevó en pos de si a mucho pueblo. Pereció  también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados.” A veces nos gusta ser engañados, es mas cómodo que permanecer en la verdad. Pero este mismo pasaje nos enseña que todo lo que es falso, se desvanece y todo lo verdadero permanece para siempre. El apóstol aconseja en el verso 38 apartarnos de tales personas y dejarlos; porque si ese consejo o esa obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podrán destruir. Este consejo podría  también para los chismes, las murmuraciones, lo falso o mentiroso; tarde o temprano todo sale a la luz, las mentiras son descubiertas y lo que no es verdadero se desvanece. Por tanto, no alimentemos siendo consumidores de aquello que no conviene a nuestro ser.

 

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